domingo, 25 de noviembre de 2012

¿Existe el porno valenciano?

Hace unas semanas, la gente de la revista digital Nonada (www.nonada.es) me llamaron para hacerme una entrevista en la que hablara sobre porno. En la entrevista, un inteligente cuestionario ideado por César Palazuelos, se me preguntó por la posibilidad de que alguna vez en la historia hubiera existido un porno valenciano.

 
     Yo contesté que no, sobre todo porque en Valencia jamás ha existido vocación de industria, aunque es cierto que, en el curso del tiempo, ha habido gente en nuestra comunidad que se ha dedicado profesionalmente al porno.

      Los más veteranos de todos ellos fueron Negro y Azul, la distribuidora de Almassora que dio a conocer en España las películas de Mario Salieri desde primeros de los noventa. Bajo la dirección de Juan Montilla, propietario de la empresa, la distribuidora castellonense realizó una importante labor para la normalización del porno en nuestro país y colaboró frecuentemente con la Turia en cuestiones relacionadas con el cine X. La crisis del dvd ha hecho que la empresa de Montilla se haya concentrado en la difusión de cine convencional por internet, a través de una plataforma de contenidos, y haya abandonado la venta de películas X.

      Cuando Negro y Azul ya era una de las empresas de distribución de cine X más importantes de España, Vicente Mirasol, propietario de una cadena de sex shops de Valencia, se lanzó a la aventura de producir porno bajo el auspicio de la productora Blue Rain. Era el año 2001 y, de aquella experiencia han quedado siete películas, la más famosa de las cuales estaba firmada por el cineasta Sergio Blasco y se titulaba Nena, dame bakalao. Aquella corta experiencia de producciones valencianas sería el avance de otra, mucho más arriesgada, que iniciaría, tres años más tarde, un técnico de televisión de Puçol cuando fue despedido de Antena 3 a causa de un ERE. Isi Lucas, cuando se marchó de la delegación de Antena 3 en Valencia, se embarcó en una productora, a la que llamó Deseo X, con la que grabó media docena de películas, todas ellas en localizaciones valencianas, de buena factura e irregulares guiones. Su principal valor es que el director de Puçol creó un germen de cantera de actores valencianos que, aunque tuvieron una corta carrera, contribuyeron al star system del porno nacional. Fueron los casos de Paco Roca, Baby Mar, Toni Troyano, Álvaro Armada, Quino Valen o Nick Moreno. De todos ellos, sólo este último sobrevive en la industria del porno como actor, aunque afincado en Barcelona desde hace años.
 

El actor valenciano Nick Moreno se ha consolidado en el cine porno.
Foto DeseoX 

      Sin embargo, los directores más interesantes que ha dado al porno nuestra comunidad provienen de Alicante. Hace un decenio, los hermanos Ramiro y Pablo Lapiedra revolucionaron el cine X al introducir un elemento cultural a sus películas, pero, con el paso del tiempo, la imagen de los Lapiedra se ha ido deteriorando entre escándalos y polémicas. El joven Bobby Perú, seudónimo de José Ríos, ha seguido su estela al crear un porno innovador, por el que trabaja con planteamientos cinematográficos y que ha atraído la atención de Marc Dorcel para que ruede bajo su manto protector.

      Aparte de Ríos, el nuevo panorama del porno por internet tiene a la empresa SexoPremium como la única productora de escenas X que opera en Valencia. Su red de webs ofrece (www.sexopremium.com) tres vídeos semanales, algunos de ellos rodados en Valencia, y con los mediáticos Rafa García, hermano de Dinio, y Carlitos Way, un conocido locutor de radio, como protagonistas. En sus vídeos también hay presencia de las nuevas actrices del porno surgidas en Valencia en los últimos años, como Lulú Pretel o Silvia Valencia.

      Todas estas gotas no forman un lago, por lo que, a pesar de que haya profesionales del porno de origen valenciano, no se puede afirmar que exista un porno autóctono, con características propias y diferenciadas de las del resto de España.
 
FRANK LASECCA
 

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